Y hasta hoy, ella seguía a su lado.
Ella era lo más puro, bello y hermoso que había tenido en el amor.
Ella era su luna, su viento y su mar.
Ella lo amaba de verdad y él a ella...
Los finales felices si existen.
El amor es como Don Quijote:
sólo recobra la cordura
para morir.
Quiereme en mi locura pues mi camisa de fuerza eres tú.