Ayúdame a elegir un beso.
Ayúdame a elegir un beso,
a distinguir el dulce del amargo,
pues el primero embriaga y hace preso,
y de tan fácil, no queda, pasa de largo.
Del segundo atrae el reto
de lo sufrido y conquistado,
pues amargo es mi soneto
y como un poema que llora, olvidado.
¿Dónde está ese beso mixto,
mitad dolor y azucarado?
Si lo ves, dile que existo,
que lo sueño aquí, a mi lado.
Ayúdame a elegir un beso,
o regálame tus labios,
que si me besas mi poema ceso,
pues son mi delirio...
O quizás solo deba robarte un beso.