Mis dias sin amanecer

Cuando las ventanas me dicen a gritos que un nuevo día ha comenzado, no sucede en mi interior lo que debería suceder, No me alegro, no celebro, no obtengo la felicidad que quisiera, Quizás por que la felicidad que deseo no sea para mi y se mantenga aún como un simple sueño, O talvez por que no espero que sea el sol quien ilumine mi día.

 

A lo mejor soy un mundo dependiente y talvez mi imaginación haya viajado mas rapido que mi realidad, pero no me importa, Para mi suerte, aun la calma camina a su lado, No sé si durante mi vida ambas avancen juntas, a lo mejor mi calma se retrase y se pierda en el camino del tiempo y mi imaginación se adelante tanto hasta provocarme miedo por no tener control sobre ella.

 

Mi grado de desilución llega a ser bastante alto: Soy feliz cuando imagino, me vuelvo triste cuando recuerdo lo imaginado, y el llanto aparece cuando me doy cuenta que nada podrá ser real.

 

El futuro que espero es semejante a un amor no correspondido, De esos en los que hago lo imposible por robar una sonrisa feliz, O en los que despues de una tarde juntos quiero que me despidan con un beso de amor.

 

A pesar de creerlo imposible no pierdo la esperanza, por algo dicen que es lo último que se pierde. Y mi esperanza radica en que no soy el único que espera que algo cambie, Estoy seguro que donde menos espero hay mas como yo, Anhelando un futuro diferente, Un futuro de metas cumplidas y sueños inquebrantables, Un futuro donde el despertar sea igual para mi, para el hijo de la vecina para el padre de mi hermana, para el nieto de mi hijo o para el primo de cualquiera.

 

Mi paciencia me dice que esa mañana llegará, sin embargo mi desesperación la contradice aduciendo que si no fue hoy no será jamás...

 

Mientras se equilibran mis emociones estaré frente a mi ventana esperando que mañana el astro de oro venga acompañado por calor feliz y luz de sonrisas, y que mi día por fín tenga un amanecer como en mis sueños...

 

Poema cortesia de @AnonHeart404


El amor es como Don Quijote:

sólo recobra la cordura

para morir.

Quiereme en mi locura pues mi camisa de fuerza eres tú.